Dentro de unos meses, el gestor aeroportuario público AENA tendrá competencia privada. El nuevo aeródromo de Ciudad Real, que finalmente operará bajo la enseña comercial de Aeropuerto Central, quiere echar a volar a finales de octubre y dejar atrás un pasado marcado por las dificultades y las interrupciones –la instalación comenzará a funcionar un año después de lo previsto–.
El que será el primer aeropuerto privado de España, al que en el futuro se unirán los de Murcia y Castellón, afrontará un futuro complejo y repleto de desafíos. Por su proximidad, deberá intentar competir con Barajas y su flamante Terminal 4; es decir, con un verdadero Goliat aeroportuario que ha conseguido superar sus tradicionales problemas de saturación y falta de capacidad.
Además, su llegada se produce en un mal momento para el negocio aéreo, debido a la desaceleración del consumo y al impacto de los combustibles, que han obligado a las aerolíneas a reducir sus rutas y a dejar aviones en tierra.
Por si no fuera suficiente, el Gobierno tiene intención de rediseñar el actual modelo aeroportuario de AENA, mediante un proceso de descentralización de la gestión y la entrada del capital privado en los aeropuertos, lo que, en teoría, estimulará la competencia y hará más complejo, si cabe, el aterrizaje de las instalaciones privadas.
Fuente: Expansion.com http://www.expansion.com/edicion/exp/opinion/es/desarrollo/1150687.html
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