Según informaba el diario El Mundo el pasado 3 de febrero, Caja Castilla-La Mancha ha emprendido una búsqueda desesperada por obtener dinero líquido “de algunas inversiones urbanísticas que financió con entusiasmo en la época del boom del ladrillo”.
Los problemas financieros de la entidad financiera podrían agravarse por las luchas internas en la dirección de la caja: el miércoles pasado, por discrepancias con la gestión de Juan Pedro Hernández Moltó, Jesús Bárcenas abandonaba el barco en plena tormenta.
El Mundo asegura que “el apremio ha venido motivado por la inquietud del Banco de España, que en los últimos meses ha intensificado la vigilancia sobre la entidad. Para conseguir liquidez, Caja Castilla-La Mancha ha decidido desvincularse de uno de los proyectos más caros y de dudosa rentabilidad en los que se ha embarcado, y que aún no le ha reportado ningún beneficio: el Aeropuerto de Ciudad Real, un proyecto impulsado por el presidente de la Junta, José María Barreda, y en el que la caja manchega participa en un 25%”.
Los rumores acerca de las pretensiones de los accionistas de hacer caja y desprenderse del aeropuerto, que en su día desvelara Interviú, vuelan fuera del perímetro de la Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha. El diario dirigido por Pedro J. Ramírez informa de que “la caja ha otorgado un mandato de venta, en el que figura el empresario manchego Domingo Díaz de Mera (uno de los principales accionistas del aeródromo), donde autoriza a vender su participación por 1.000 millones de euros como mínimo. Los demás accionistas también están dispuestos a vender, aunque en plena crisis, los grupos interesados en el aeropuerto han sido pocos.
La viabilidad económica del aeropuerto podría afectar doblemente a Caja Castilla-La Mancha ya que, además de ser accionista del ‘primer aeropuerto privado’ de España, “ha financiado”- según El Mundo – “a la sociedad Inversiones Aeroportuarias del Centro que, con un 42,7%, controla la mayoría de las acciones del aeródromo. En esta sociedad participan el propio Díaz de Mera, su socio Ignacio Barco, Román Sanahuja (ex presidente de Metrovacesa) y el promotor Aurelio González Villarejo”.
Sin embargo, un portavoz de Caja Castilla-La Mancha, aseguraba a El Mundo que la venta del aeropuerto estaba decidida desde hace un año, mucho antes, por tanto, de la sonada inauguración de la infraestructura. Este portavoz apuntaba que la venta no estaría vinculada a una orden del Banco de España y que “la participación de la caja en el aeropuerto es de 400 millones de euros y la financiación de los accionistas ronda los 90 millones de euros”.
Para El Mundo, la llave de la rentabilidad del aeropuerto la tendría el Gobierno de José María Barreda que, con la reforma de la Ley de Ordenación Territorial y Actividades Urbanísticas (Lotau) de Castilla-La Mancha, que “introduce la figura de los Proyectos de Singular Interés”, que otorgan todo el poder a la Junta, por encima de los ayuntamientos, para planificar el modelo de crecimiento de los municipios.
El aeropuerto de Ciudad Real se acogerá a esta figura para segregar y recalificar terrenos colindantes con el aeropuerto. En esos terrenos se crearían hangares para distintas compañías aeronáuticas dedicadas al tráfico de mercancías y a empresas de aviación privadas, lo que multiplicaría el valor de la inversión y sería atractiva para algunos inversores árabes que se han interesado por su compra”.
Fuente: miciudadreal. es.
lunes, 9 de febrero de 2009
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