martes, 26 de octubre de 2010

La sombra de un aeropuerto fantasma

Algunos medios de comunicación europeos se han hecho eco recientemente, del escándalo surgido en torno al mausoleo nacional al despilfarro: aeropuerto Don Quijote de Ciudad Real.

Administraciones públicas y empresarios implicados salían muy mal parados: pista de 4.000 m, 1.100 MEu invertidos, subvenciones diversas, 24.000 m2 de terminal para acoger 2 millones de pasajeros al año, 24 mostradores de facturación, casi 300 trabajadores entre directos e indirectos, apenas 2.000 pasajeros mensuales y tres vuelos semanales, en una ciudad con 75.000 habitantes.

Esta funesta inversión fue posible por la connivencia de empresarios próximos al poder regional, administraciones públicas e instituciones regionales –excepto el ayuntamiento de Ciudad Real–, Caja Castilla-La Mancha y la Compañía Ciudad Real Aeropuertos, adjudicataria de la obra, de la que son socios empresarios del ladrillo –uno de ellos muy elogiado porque el Balonmano Ciudad Real ha logrado varios campeonatos europeos.


Hoy, no se sabe cómo resolver tamaño dislate: ¿se lo endilgarán a los presupuestos del Estado o a los de la comunidad autónoma? En cualquiera de los dos supuestos, Juan Español o Juan de la Mancha serán los paganos. Aunque podía haber resultado peor, si no se hubiera paralizado el complejo de ocio Reino de Don Quijote.

AENA gestiona 48 aeropuertos, la mayoría en pérdidas, entre ellos Huesca, Albacete, Burgos, Logroño, Vitoria y León –todos entre 6.000 y 95.000 pasajeros en 2009. En Galicia tenemos tres aeropuertos en apenas 150 km. y el conato de reapertura de Rozas: ejemplos de derroche, siempre inadmisibles, pero más cuando se utiliza dinero público y pintan bastos en la economía.

Ya expresé mi opinión acerca del futuro de los aeropuertos gallegos, la falta de AVE en Labacolla –o, al menos, autopista–, el destino de Peinador y Alvedro cuando, por fin, llegue el AVE y las posibles funciones alternativas de ambos.

¿Servirá de escarmiento el desastre de Ciudad Real?, ¿recordamos el panteón gallego al despilfarro erigido en el Gaiás?, ¿qué dirán quienes defienden las ampliaciones de Peinador y Alvedro cuando llegue el AVE a Galicia?, ¿ y los puertos de Ferrol y Coruña, a 15 millas uno de otro?, ¿cual será el destino de las setas universitarias plantadas a petición de las autoridades locales, ante la decreciente demografía en Galicia?

Los recursos son escasos y las necesidades múltiples: lo difícil es priorizar eficazmente en beneficio de la colectividad y no a petición de cada votante.


Alfonso García
26-10-2010

Fuente: Xornal.com

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