martes, 5 de octubre de 2010

El aeropuerto de Ciudad Real es una triste desviación de las finanzas públicas

"Un silencio de catedral reina en el inmenso hall de salidas", escribe Jean-Jacques Bozonnet en el prestigioso diario francés Le Monde en un reportaje de investigación que sitúa a la colosal inversión pública realizada en el aeropuerto de Ciudad Real en el punto de mira. Asunto delicado en un tiempo en el que el debate de la financiación territorial está en uno de sus puntos más álgidos.

El rotativo se hace eco del escandaloso fracaso del aeródromo al que se refiere como un "aeropuerto fantasma", que posee una de las pistas más largas de Europa, unas instalaciones dimensionadas para acoger a unos dos millones y medio de pasajeros al año y que supuso una inversión de 500 millones de euros, un 40% de los cuales aportados por Caja Castilla-La Mancha, que tuvo que avalar 9.000 millones de euros con dinero público tras ser intervenida por el Banco de España.

Recientemente, la junta de Castilla-La Mancha tuvo que inyectar 140 millones más para compensar las enormes y constantes pérdidas del aeropuerto, que únicamente opera tres vuelos semanales gestionados por la compañía Ryanair gracias a una subvención pública. La cafetería prácticamente sólo sirve desayunos a los mismos trabajadores, que lunes, miércoles, jueves y sábado son las únicas personas que circulan por los pasillos, explica el periodista.

Ciudad Real -que también dispone de estación de tren de alta velocidad- tiene 75.000 habitantes. El volumen ciudadano es considerado insuficiente para tener un aeropuerto de esta envergadura y tampoco tiene ciudades cerca que justifiquen una infraestructura de tal magnitud, un hecho que también llamó la atención de la televisión pública suiza que emitió un amplio reportaje al respecto el pasado 11 de junio elaborado por el periodista alemán Markus Boehnisch.

Iñaki Anasagasti, portavoz del grupo parlamentario de senadores nacionalistas, concluye en su blog que la explicación a tal fracaso es que el verdadero beneficio se obtuvo en su construcción, y añade: "averigüemos quienes la promocionaron y conoceremos quienes se beneficiaron de ella y tendremos las razones de su SIN RAZÓN".

Le Monde detalla las irregularidades que se fraguaron en paralelo a su construcción y que en su día denunciaron grupos ecologistas como Ecologistas en Acción: "El farragoso y presuntamente ilegal proceso de recalificación urbanística de los terrenos, su adjudicación, la explotación, los retrasos burocráticos y trampas políticas, o el incumplimiento de la legislación ambiental”.


Fuentes: La Vanguardia, Preferente.com.

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