El carrusel de compañías aéreas que han venido utilizando el aeropuerto de Ciudad Real continúa con el abandono de Ryanair y la llegada de Vueling.
Las sospechas de que la Junta subvencionaba a las compañías aéreas por utilizar el aeropuerto se han visto confirmadas por sus propias declaraciones, pues se admite que la adjudicación a Vueling de un convenio anual por valor de 2,3 MEu responde a la necesidad imperiosa de evitar el cierre del aeropuerto.
El dinero público vuelve a salir al rescate de lo privado. Y cada vez sale más caro: Air Berlin se conformó con 350.000 eu.
Para algunos, el riesgo a que se enfrentan las administraciones es evitar que los aeropuertos que promueven se conviertan en un elefante blanco; esto es, un negocio que requiere tantos gastos que resulta más costoso que el beneficio social o económico que genera.
En el caso del aeropuerto de Ciudad Real, el peligro es que se convierta en un agujero negro financiero capaz de engullir todo lo que hay a su alrededor.
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