Según se ha publicado, el informe concursal del aeropuerto de Ciudad Real reconoce un pasivo de 319 MEu frente a unos activos valorados en 692 Meu. Las deudas podrían ser más elevadas.
El informe revela la deficiente planificación financiera del proyecto, cuyos fondos propios resultan insuficientes después de once ampliaciones de capital (por valor de 156,7 MEu) y que recurría básicamente a deudas a corto plazo (306 MEu) aportadas por Caja Castilla-La Mancha. De hecho, la Caja es el primer acreedor del aeropuerto con 174,8 MEu, más otros 3,7 MEu en deudas contingentes –no reconocidas–.
Por otra parte, CCM era el primer accionista hasta que su participación fue traspasada al Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria –Frob–) con un 36,43% del capital, que ha supuesto aportaciones de 57,11 MEu.
Además, la Caja ha financiado el 31% de las inversiones de otros socios, títulos que se encuentran pignorados hacia la entidad castellano-manchega. De los grandes socios, sólo Iberdrola (un 9,92%, valoradas en 15,55 MEu) e Isolux (3,64%, valoradas en 5,71 MEu) no tienen sus acciones pignoradas con la caja.
Tras Caja Castilla-La Mancha, el segundo y tercer acreedor son Cajasol y la UTE formada por Isolux y Sacyr, que construyó el aeropuerto, con 37,76 MEu (234.000 de deudas contingentes) y 20,76 MEu, respectivamente.
Además de la deficiente planificación financiera, los administradores explican el concurso de acreedores del aeropuerto por “el retraso en la entrada en funcionamiento” (diciembre de 2008, siete años después de constituirse la sociedad), la inadecuada dimensión del proyecto y la falta de ingresos que provocaron “pérdidas significativas y fondos propios negativos desde 2007”.
El informe destaca que algunos socios hicieron negocio con la construcción del aeropuerto, que supuso un gasto de 370, 3 MEu, aunque a algunos se les debe dinero.
La construcción de gran parte de la obra la hizo la UTE de Sacyr e Isolux (propietaria del 3,64% de la empresa). Este coste ascendió a 214,37 MEu, según el informe.
La construcción de otra parte del recinto fue adjudicada a León Triviño Construcciones, empresa del presidente del consejo de administración del aeropuerto que facturó 9 MEu y fue subcontratista de la UTE de Isolux.
Montreal Montajes (la primera en instar la quiebra del aeropuerto) realizó trabajos por valor de 16,9 MEu y participó en la UTE que inició la construcción del puerto seco (valorada 2,9 MEu). Esta empresa está participada en un 51% por la sociedad Ruteso, controlada por Domingo Díaz de Mera (posee el 8,15% del aeropuerto) e Ignacio Barco (su familia controla el 5,45%).
Fuente: Expansión.
lunes, 3 de enero de 2011
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